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  • Foto del escritorMariángeles Giles Domínguez

Un sorbito de poesía.


La poesía es un elixir mágico que te hace viajar en el tiempo, te hace reir, llorar, te llena de melancolía unas veces y de esperanza otras.

Nosotros hemos querido preparar unos sorbitos de ese elixir mágico, para que cuando quieras cojas un vasito y te sirvas a gusto.

Y de nuestro ratito de poesía han salido estas grandes obras literarias, donde la creatividad y el arte siempre están presentes.

Os invito a tomar un sorbito de algunas de ellas:


Malvado

Un zorro malvado

me ha robado

a quince gallinas

a quien yo quería.


Pobre Luna,

pobre rojo

solos se han quedado.


Micki, piquito, allí arriba

o en la tripa del malvado

se han quedado.


Y ahora vigilo y vigilo

y tres zorros acechan

con mucho sigilo.

Uma Tirado.


El isleño

Hay muchos isleños

en esa isla de Portugal,

ninguno tiene tantos sueños

como el cosechador del cafetal.


Junto a la hoguera de leños

el español preguntó:

¿Cuál es tu sueño?

Él respondió:

¿Ser mi dueño?

Julio Arias.





Regresó la alegría

El cielo está nublado

parece que va a llover,

muchas gotas cristalinas

se empiezan a derramar.


Las calles están vacías

y las gotas ¿dónde están?

no hay nada, ni alegría,

solo frío y soledad.


El cielo está nublado

parece que va a tronar

relámpagos por un lado

por el otro, truenos van.


En la lejanía

se ve una silueta

con una larga chaqueta

¡aquella, la alegría!

Llevaba botas de agua

y una larga corbata,

iba toda sonriente

flores blancas como dientes.


Todo se llenó de colores

y todo el mundo riendo,

estaba hipnotizado

la alegría había regresado.

Lucía Capacete.



La flor amarilla

Una flor amarilla

iba sin rumbo

aquella pequeña flor

dando tumbos.


La vio un pájaro amarillo

y fue a decirle:

No veo tu brillo.


El pájaro contó un chiste

los dos rieron

el pájaro se fue

a comer alpiste.


La pequeña flor

desde aquel día

todo cambió

y veía todo

de otro color.

Lucía Asencio.


La señora y su prendedor

La señora en el banco

estaba triste

no tenía a nadie

con quien irse.


Necesitaba algodón

con él se haría una flor

para su prendedor,

plumas, perlas, estrellas

para su corazón.

Gala Gutiérrez.




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